Yo tuve una infancia privilegiada. Crecí con mis padres unidos, con dos hermanos y mis cuatro abuelos. Mi infancia "normal" era ir a la escuela, hacer deporte en un club deportivo, hacer tarea, ver caricaturas y dormir cómodamente después de cenar; pasar los domingos con la familia, ir de campamento, jugar fútbol con mis amigos, entre otras actividades de un "niño normal". Pero la realidad es que también crecí sin ver a los ojos a los miles de niños de mi edad que jamás estuvieron cerca de tener algo como lo que yo tuve; niños "invisibles" para los muchos que crecimos con todas las comodidades.

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Tal vez en su momento no tenía la posibilidad o el razonamiento para verlos y ayudarlos, pero eso no significa que no hayan existido, o que sigan existiendo. Con esta pieza quiero conmemorar a todxs lxs niñxs que nunca vi, y que nos sirva de recordatorio:  No porque no los veamos, significa que no están ahí.

Se convirtió en tradición desde que compramos la primera casa de campaña. Nunca nos faltaron sillas, luz, cobijas; ni siquiera la pequeña estufa. Bajo esas comodidades tenía el sueño de vivir en “el bosque” —ese bosque con puertas, vigilante, baños y regaderas—
donde era cómodo acampar y, después de unos días, regresar a dormir en mi cama. Esta pieza es un tributo al recuerdo y un golpe a esa fantasía. Una comparación incómoda. Es el retrato de un campamento que se parece mucho a algo que ya hemos visto y olvidamos que está ahí.

Lidia vive en El Rosario, Santa Catarina Minas, Oaxaca, y junto con otros niñxs y adolescentes, ella diseñó y creó su pieza en la librería de la comunidad, también llamada “El Rosario”. La librería es un espacio en donde niños y adultos se reúnen para generar comunidad. 

Comienzo de una primavera, dar un cambio que empieza en uno mismo y así dar esperanza, libertad a aquellos que nos rodean. Sigamos con perseverancia y persistencia, como las flores florecen hagamos que nuestros niños miren más allá y miren una oportunidad para seguir volando.

Recuerdo que de niña me gustaba esconderme entre las plantas, había todo un mundo ahí adentro.

Ezquiel vive en El Rosario, Santa Catarina Minas, Oaxaca, y junto con otros niñxs y adolescentes, el diseñó y creó su pieza en la librería de la comunidad, también llamada “El Rosario”. La librería es un espacio en donde niños y adultos se reúnen para generar comunidad. 

Pintura | Dibujo | Mural | Talleres

Aquí hay un intento por capturar las ansiedades de la infancia y la paz que tratamos de encontrar en las actividades que disfrutamos. Desde las inseguridades triviales, hasta los traumas. Las experiencias que se apilan y comienzan a formar nuestra personalidad. A través de expresiones juguetonas y humorísticas e imágenes insidiosas, quiero transmitir el viaje de la niñez. Ese descubrimiento de lo bueno y lo malo que conforman la Vida.

Oriundo del estado de Coahuila, graduado con mención honorífica del profesional medio en Artes Plásticas del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, escuela CEDART Alfonso Reyes (generación 2017-2021). Humberto se capacita en temas sobre técnicas pictóricas, marketing y creación de proyectos culturales.

Ha participado como muralista en proyectos del gobierno de San Nicolás de los Garza. Participó como voluntario en el festival Norte Creativo 18 y en el festival Callegenera Reconstruir 2021.

La obra plasma una parte de mi infancia donde recuerdo esos  juguetes con los que me entretenía y el avión que está plasmado
simboliza el futuro con el que soñaba.

Una niña, una caja, su mascota y su muñeca recorren el cosmos con el poder de su imaginación.

Enfocado en la experiencia estética de las letras, abordando el Lettering digital, caligrafía, experimental, rotulación tradicional hasta la ilustración, complementando con plataformas digitales.

Mi proceso para esta pieza fue muy diferente. Generalmente realizo algunas pruebas sobre los elementos que quiero integrar, pero ahora me lancé de cabeza directo sobre el soporte; sin trazos auxiliares casi y aplicando el Gouache en varias capas en días sucesivos. Me inspiré en las historias de ciencia ficción que nos contaba mi Papá, mismas
que él había leído en su juventud. De ahí el hombre del espacio, porque creo que así veía a mi Papá cuando yo estaba morrito.

Esta pieza fue creada en El Rosario, Santa Catarina Minas, Oaxaca, en donde un grupo de niñxs y adolescentes diseñaron y crearon sus piezas en la librería de la comunidad, también llamada “El Rosario”. La librería es un espacio en donde niños y adultos se reúnen para generar comunidad.

Diego vive en El Rosario, Santa Catarina Minas, Oaxaca, y junto con otros niñxs y adolescentes, el diseñó y creó su pieza en la librería de la comunidad, también llamada “El Rosario”. La librería es un espacio en donde niños y adultos se reúnen para generar comunidad.

Es fácil recordar las cosas que me hicieron feliz al inicio de mi vida. Los dulces que probé, los juguetes con los cuales pasé horas echando a volar mi imaginación, y ese día en una pastorela, justo antes de Navidad, que representé a una estrella, fueron de los más felices de mi infancia.

Amistades, sueños y la inocencia son una fortuna que en el momento se sienten eternos, de forma que abrazan el corazón. Materialización de mi sentir de la infancia.

Aquel momento que la cámara enfocó. Un momento de ternura e ingenuidad inmensas en una imaginación sin igual, que crea nuevos mundos y nuevos personajes, en esta historia llamada vida. 

Santiago vive en El Rosario, Santa Catarina Minas, Oaxaca, y junto con otros niñxs y adolescentes, el diseñó y creó su pieza en la librería de la comunidad, también llamada “El Rosario”. La librería es un espacio en donde niños y adultos se reúnen para generar comunidad.

Ricardo vive en El Rosario, Santa Catarina Minas, Oaxaca, y junto con otros niñxs y adolescentes, el diseñó y creó su pieza en la librería de la comunidad, también llamada “El Rosario”. La librería es un espacio en donde niños y adultos se reúnen para generar comunidad.

Soy una artista freelance de 25 años quien se enfoca en técnicas tradicionales de ilustración,  cuento con aproximadamente 4 años de experiencia profesional y la gran mayoría de mis obras tienen la intención de transmitir principalmente emociones de alegría y bienestar, busco crear un espacio al cual podamos acudir cuando la realidad nos apremie, un espacio que nos haga sentir bien e identificados de una manera positiva mezclando escenarios cotidianos con la fantasía y ciencia ficción. 

Tenía 5 años y ese verano encontré un nuevo amigo. Era una peluda oruga verde. ¡Vaya que nos divertimos! Daba vueltas en mi pequeño tocadiscos, se bañaba en el lavabo del baño, y exploró las vastas montañas y el terreno accidentado de rodillas y codos de mi ser de 5
años. ¡Yo sabía que le encantaba! No hace falta decir que mi madre tuvo que rescatarlo de muchas de estas divertidas aventuras y, finalmente, tuve que ir al médico debido a un misterioso salpullido
que apareció en aquellas rodillas y codos. Me gusta pensar que lo regresaron al patio trasero de nuestra casa en Chicago después de eso... pero nadie se acuerda realmente.

Recuerdo soñar con aquel espíritu que volaba al cabalgar libre y comerse al mundo con su arte y su luz al crecer.

Eran mediados de los 90, cuando salían los comerciales de juguetes Mi Alegría en Canal 5. De pequeña siempre soñé con tener las zapatillas Mi Alegría; eran de plástico rosa transparente, con mucho glitter. Ni mis papás, ni Santa Claus, ni los Reyes Magos me los regalaron nunca, jamás supe si fue por caros o simplemente por que eran tacones. Lo que si se, es que una vez que me convertí en adulto y gané mi propio dinero estaba dispuesta a comprarlos, el problema fue que mis pies ya no entraban en los pequeños taconcitos Mi Alegría, y es así cómo los he añorado y buscado su reemplazo en
vano. Continuaré buscando hasta el final de los tiempos, aunque sé que nunca podré llenar el vacío de aquellos tacones de plástico.

Mi infancia consistió en imaginarme siendo una chica mágica para salvarme de la realidad. 

VampKira es una artista multidisciplinaria con sede en Chicago que ama todo lo Tiki, geeky y extraño. Su estilo surrealista tiene un toque oscuro y caprichoso. VampKira es instructora de arte desde 2012 y actualmente enseña en el Museo Nacional de Arte Mexicano.

También es curadora de Pintura Obscura - A Dark & ​​Whimsical Art Exhibition, que es una muestra de arte anual en Chicago.

Los cómics, dibujos y caricaturas siempre han influenciado mi manera de ver las cosas, de imaginar realidades y en la creación de mi obra.

Cuando pienso en mi infancia, la pequeña sirenita siempre viene a mi mente. Como niña, Úrsula fue la única villana que tuve que enfrentar. Mi infancia fue un espacio seguro en donde tuve que preguntarme o preocuparme de villanos de la vida real.

La brisa del mar golpea con ligeros besitos mis mejillas y respiro tan profundo que puedo oler la sal.

Felix vive en El Rosario, Santa Catarina Minas, Oaxaca, y junto con otros niñxs y adolescentes, el diseñó y creó su pieza en la librería de la comunidad, también llamada “El Rosario”. La librería es un espacio en donde niños y adultos se reúnen para generar comunidad.

Diseñador gráfico trabajando como Head of art en VMLYR en la Ciudad de México. Humano en potencia, amante de los comics, anime, películas, videojuegos, art toys y todo tipo de cultura pop.

Entre caras sin rostro, entre las grietas, el polvo y el silencio se definió quien yo era.

La obra está basada en una pesadilla y una creencia Mexicana de la infancia, en la que dicen que a los niños recién nacidos o no bautizados se los llevaban las brujas y para evitarlo, se debían colocar unas tijeras abiertas debajo de la almohada. Recuerdo que me daba miedo cuando era niña y quise representarlo de esta forma.

Fernanda vive en El Rosario, Santa Catarina Minas, Oaxaca, y junto con otros niñxs y adolescentes, ella diseñó y creó su pieza en la librería de la comunidad, también llamada “El Rosario”. La librería es un espacio en donde niños y adultos se reúnen para generar comunidad.

Nancy, mejor conocida como Guari Black es una Chef de profesión, pero artista del Black Work por amor. Amante del arte en blanco y negro recrea lo vivo y lo muerto de la fauna y el ser humano. Las diferentes líneas son su mejor arma para crear lo que su mente le pide.

La cosa detrás de la reja, un bola “durmiente” de piel y dientes, sola y momificada detrás del garage del vecino, el tiempo le ha dejado para que ser descubierto por un niño…

Una urgencia irresistible del niño más trastornado del grupo, quien predeciblemente comienza a perturbar el cuerpo con un palo, todos huímos…

Me alcanzan, la criatura y la momia, se presenta una opción - brincar o mantenerme firme y voltear.

Me mantengo y volteo...

Una representación de cómo siempre seguimos siendo niños; la corrupción que conlleva el crecer y como nuestra vida adulta es una fusión de las experiencias que tuvimos como niños con lo que experimentamos con el paso de los años sea bueno o malo.

De las diferentes personalidades de una pareja resultan muchas vertientes, atributos y formas de pensar en sus hijos. Cuando son dos personas que no tienen nada en común, el resultado tiene su propia visión. 

El es el bosque y los pinos, ella es la playa y el mar, yo soy la montaña y la nieve, y toda mi infancia vi todo a mi propia manera.

Rescatar gatos fue vital en mi infancia. Su independencia me hizo elegirlos como un ejemplo. A la par, los dinosaurios eran (son) mi pasión, mientras que las muñecas de porcelana que me regalaban mis tías abuelas, no tanto. Estas muñecas no resistían el juego rudo, pero sus vestidos eran bonitos y a mi me preocupaba que mis
dinosaurios llegaran a sentir frío, o verse desprotegidos, así que los vestía con las prendas de seda o terciopelo de las muñecas muertas. Curiosamente la imagen de una bestia con vestido, se volvió una protección leal y puntual de mi propia personalidad y carácter.

La obra refleja un poco de lo que fue mi infancia, con lo que jugaba, leía y soñaba en los 90´s. Con trabajo y esfuerzo los sueños se vuelven una realidad.

Luis vive en El Rosario, Santa Catarina Minas, Oaxaca, y junto con otros niñxs y adolescentes, el diseñó y creó su pieza en la librería de la comunidad, también llamada “El Rosario”. La librería es un espacio en donde niños y adultos se reúnen para generar comunidad.

Te recuerdo llegando a casa e iluminarlo todo; desde entonces tu luz me acompaña hermanito… 

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Cuando era niña mi abuela tenía un taller donde hacia muñecas y manualidades (abuelitas, brujitas, muñecos de nieve, muchas cosas). Siempre me han dicho que mi abuelo me enseñó a dibujar, pero mi abuela tenía ese espacio donde podía ser creativa. 

Me daba las caritas de muñeca en blanco para que yo me inventara la mía, me compraba hojas de fomi donde creaba mis propios personajes, así que agradezco su gran influencia y aporte a mi amor por crear. En la obra también está mi prima, mi eterna compañera de juegos.

Mi vida no se explica sin mi hermana. Solo un año mayor que yo, era (y sigue siendo), el foquito que iluminó mi infancia.

Experimenté la infancia en una burbuja. 

Con asma severo y frecuentes enfermedades, jugué la mayoría del tiempo en interiores, pero mi cabeza estaba siempre en las nubes. Mi conejo de peluche favorito y otras criaturas felices eran mis amigos, y la magia del anime amplió mi imaginación aún más. 

Mi pequeño mundo se fue expandiendo con el tiempo, y hoy pienso en la capacidad de asombro que me hacía emocionarme hasta de las cosas más pequeñas cuando todo era nuevo. 

Es increíble recordar como en las fiestas infantiles el amor nos rodeaba en cada rincón, en cada gesto. La magia que existe en esos eventos es inigualable: los colores, las risas, la espontaneidad. Por esa razón quise retratar eso en esta obra.

Emiliano vive en El Rosario, Santa Catarina Minas, Oaxaca, y junto con otros niñxs y adolescentes, el diseñó y creó su pieza en la librería de la comunidad, también llamada “El Rosario”. La librería es un espacio en donde niños y adultos se reúnen para generar comunidad. 

De 1996 a 1999 viví los primeros 3 años de mi vida; coloreaba con todos los colores y disfrutaba cuanta manualidad me pusieran enfrente. Honrando ese espíritu libre, mi adulta de 25 retoma muestras de sus antigüos trazos para construir 1996-1999.

Iván vive en El Rosario, Santa Catarina Minas, Oaxaca, y junto con otros niñxs y adolescentes, el diseñó y creó su pieza en la librería de la comunidad, también llamada “El Rosario”. La librería es un espacio en donde niños y adultos se reúnen para generar comunidad. 

Desde el 2014 trabajo en el sector educativo con jóvenes que viven en situación de vulnerabilidad.

Generador de conciencia sobre las problemáticas sociales utilizando la técnica de collage analógico como forma de expresión. Combino el proceso creativo de mis obras con fragmentos de cuentos, canciones y poemas que quedan inmersos en las imágenes y en las descripciones de las mismas. 

Las principales problemáticas que abordo en mis collages son: desigualdad social, cambio climático, identidad y cultura. "¿Olvida usted algo?" toma la problemática del impacto de la migración en los niños.

Dejar un hogar para comenzar otro en otro lugar. La obra habla del proceso de duelo y melancolía que genera el cambio de casa y ciudad.

 

Desde niño me ha gustado la geometría, las líneas. Creo que en la vida sólo hay que unir los puntos adecuados para encontrar nuevos caminos.

Hola mi nombre es Payton Oakes y soy una diseñadora y creadora. ¡Amo la tipografía, ilustración, las plantas falsas que parecen de verdad y el color amarillo! Mi trabajo va de la ilustración a los creación
de tipografías a mano, arte multimeda y más allá. No puedo encasillarme en un solo medio, pero disfruto expresar emociones, sentimientos y contar historias en mi trabajo, en cualquier forma
que este adquiera.

Pedro vive en El Rosario, Santa Catarina Minas, Oaxaca, y junto con otros niñxs y adolescentes, el diseñó y creó su pieza en la librería de la comunidad, también llamada “El Rosario”. La librería es un espacio en donde niños y adultos se reúnen para generar comunidad. 

Inspirado en Colombia, mi país natal. Casitas coloridas, paredes decoradas, balcones floridos, una sonrisa en mi corazón, un par de canciones inspiradoras de fondo, con mi mamá siempre apapachada, mis brazos abiertos para mi papá, con mi abuela en la mecedora, con mi abuelo y su amigo imaginario, el olor de algún platillo delicioso de mi abuela, atardeceres, risas y amor familiar a diario. Esa fue mi infancia, esa fuí yo, con las alas abiertas listas para sobrevolar la ciudad y llegar a mi felicidad.

Olivia vive en El Rosario, Santa Catarina Minas, Oaxaca, y junto con otros niñxs y adolescentes, ella diseñó y creó su pieza en la librería de la comunidad, también llamada “El Rosario”. La librería es un espacio en donde niños y adultos se reúnen para generar comunidad. 

Paraíso Perdido, es una pieza inspirada en un cuento que mi mamá me narraba antes de ir a dormir cuando yo era niña. “El gigante egoísta” de Oscar Wilde nos habla de la postura inflexible que a veces mostramos con los niños, inclusive con nuestro niño interior y del
como el jardín de la vida se marchita en medida que nos cerramos a la posibilidad de la ingenuidad y la bondad hacía nuestro entorno.
Antes de decidir que pintar, miraba videos sobre la situación de los niños migrantes, las causas que los obligan a dejar su hogar, el terrible recorrido para llegar a un lugar desconocido y el rechazo e incertidumbre en los centros de detención. ¿Cómo plasmar lo bello de la niñez recordando esas trágicas historias, pensando que ahora mismo un niño abandona su infancia? No quería repetir el dolor.
Decidí que mi pieza debía ser como una oración, un deseo o un homenaje a la niñez, a la pureza y bondad que identifica a los niños y que a veces parece que hemos olvidado o convertido en símbolo de debilidad. Mientras ponía cada color, recordaba partes del cuento:
niños desterrados de un jardín floreciente a causa de un gigante que no quería compartir la belleza de lo que creía era su tierra, la primavera que huye del jardín junto con los niños y el invierno que se estaciona en un corazón cerrado que termina por enfermar, me hacía recordar que las fronteras en un mundo que no controlamos
son ilusorias y nos aíslan como seres humanos. En esta obra entrego mi visualización sobre lo que deseo para los niños desprotegidos y nuestro niño interior olvidado.

Un recuerdo de niño, soñaba con poder visitar campos, ver las estrellas, conocer planetas y ver el inicio del arcoiris.

Mi obra muestra que en mi infancia siempre quise ir al océano para ver la puesta del Sol sola. Realmente no pude experimentar esto porque de niña era más vulnerable. También dibujé la puesta del Sol porque desde pequeña me gustaba ver al Sol descender. Cada vez que lo hago recuerdo esta cita que leí en Instragram “Los  atardeceres son prueba que los finales también pueden ser hermosos” lo que me alienta a no rendirme y esforzarme más.

La ilustración refleja la libertad que tienes cuando eres niño a pesar de las adversidades, vivas o no una infancia feliz siendo pequeño siempre tu imaginación te abre una puerta para ser libre.

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Ojalá te cruces con cronopios 

delirantes y espontáneos,

repartiendo pulsares de colores 

en tu andar y te sumen en la idea

de volver y jugar con 

tu niñez interna .

¿A dónde ibas cuando eras niño y las cosas se ponían difíciles? Yo iba a otro mundo donde nada de lo que hace daño está ahí, dónde sólo criaturas inventadas por mi existían, dónde todo el colorido y la
paz se ve en todos lados. Le agregué 2 cuarzos porque últimamente es en lo que me he refugiado ya que a veces sigo usando el mismo truco para salir de esta realidad. Y algo que aprendí en estos años es que ser creativo y fantasioso no tiene nada de malo como me lo han
repetido toda mi vida, por fin le encontré un lugar a eso y por ello soy lo que soy.

El stencil es mi catarsis...
 

Ilustradora / Diseñadora gráfica. Me gusta hacer ilustraciones y contar historias con basura, cinta y texturas extrañas.

Es un homenaje a la niñez migrante que vuela sobre barreras impulsados por sus sueños y la esperanza de un hogar feliz.

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La isla de la imaginación está inspirada en mi propia infancia con mis hermanas. Solíamos jugar a encontrar tesoros y crear mapas entre nosotras para descubrir tesoros escondidos.
 

En esta pieza capto la escena de una pequeña fotografiando momentos inolvidables de la vida cotidiana, y así cada cuatro contiene un recuerdo de lo que es su infancia, llena de juegos y sonrisas que quedarán plasmadas en la memoria cómo un álbum.

Mi pieza muestra el olvido que algunas personas experimentan al crecer porque algunos no recuerdan su infancia para nada, o muy poco. A veces, sólo lo hacemos a través de recuerdos borrosos, así que traté de representar eso lo mejor que pude. Me concentré en mostrar la idea de lo que algo es, más que lo que realmente es.

Yo aún no tengo hij@s pero hace unas semanas nació mi sobrina y me cambió la perspectiva de muchos detalles de la vida diaria.
La veo y me siento más consciente y comprometido a cuidarme, cuidar mi alrededor y así cuidarla a ella para que tenga un futuro pleno y feliz.

Al buscar en la colección de recuerdos de mi niñez, uno en especial aparecía constantemente: y es que yo no tuve amigos imaginarios, yo tuve un lugar (¿un planeta? ¿una ciudad? ¿un mundo? quién sabe, era demasiado pequeña para preocuparme por definirlo) no sé por qué, pero se llamaba Gallinera y en él yo era Gaviota Valiente ¿por qué? la verdad es que no me acuerdo, seguro porque me gustaba el sonido de esas palabras juntas, pero era un lugar dentro de mi cabeza donde toda la comida sabía rica, donde las mamás "no regañaban" y donde aunque todo podía pasar, nada daba miedo.

Con el tiempo crecí y dejé atrás a Gallinera, o eso pensé. Cuanto más tiempo pasa, más me doy cuenta que todo lo que dibujo, todo lo que hago, son intentos más o menos afortunados por volver a ese lugar.

Dibujé recuerdos que tengo con mi abuela. Dividí mi tablero en cuatro piezas. En la esquina superior izquierda coloqué un carrete de hilo, una aguja y un pedazo de tela roja que representan el gusto de mi abuela por la costura. En la esquina contraria, dos tazas de café,
una roja y una azul, representando cuando mi abuela y yo tomamos café afuera. Abajo a la izquierda hay una escoba y una fregona y una radio que me recuerda cuando ponía música y cantaba mientras limpiábamos juntas la casa. En el último cuarto hay enredaderas
alrededor de los bordes y al centro un tulipán rosa, un girasol y una rosa roja. Entre las flores hay herramientas de jardín que me recuerdan cuando cultivábamos flores juntas en el jardín.

Lo que quiero compartir a través de la obra es el calor de una familia, el calor del amor. El aprendizaje, la aventura, es el arte que nos acompaña. Pero lo más importante es que a veces hay tristezas
por combatir, cabeza arriba, cosas que te van a tirar, y yo espero que te levantes y seas feliz.

El propósito de mi obra es mostrar cómo el vínculo de un niño con sus padres o tutores puede debilitarse a medida que crecen. Sé que no soy la única persona cuya infancia tuvo altibajos, así que quería crear algo con lo que cualquiera pudiera identificarse y luego de múltiples intentos para capturar la esencia de un vínculo disminuido decidí colocar los dibujos de un niño en el refrigerador porque mis padres ponían en el nuestro cualquier dibujo escolar que llevara a casa. Todavía hay algunos de hace años y unos nuevos de mis hermanos.

El 94 fué una época caótica en México y un día de la nada, mi papá dejó de usar trajes y corbata. Yo no entendía porque pasaba tanto tiempo en casa pero, ¡qué importaba! si todas las tardes íbamos al parque de las montañas,  Él tomaba la brida y yo corría cuesta abajo lanzando el papalote hasta lo más alto, mientras el papalote volaba por horas casi podíamos olvidar el caótico 94 y que mi papa jamas iba a volver a usar maletín, traje y corbata.

Las maravillosas Fantasías animadas de ayer y hoy junto con las películas clásicas de “Furia de Titanes” y “Jasón y los Argonautas” hicieron memorable la primera vez que conocí el mar. Según mi papá, existían antigüos Dioses con poderes inimaginables… uno de ellos era Poseidón, “Dios de los mares y agitador de la tierra”. Al estar frente al mar fue inevitable imaginar que ese gran Dios mandaba todas esas enormes olas para evitar la arribada de aquellos piratas que mi mamá mencionaba en sus cuentos.

Perla Hernández, fotógrafa por profesión y amante del arte, egresada de la carrera de Lenguaje y Producción Audiovisual, desde chica mostrando aptitudes para el dibujo y la pintura; encontró ahí su pasión y hoy en día emprendió sus negocios basados en el arte y en sus estudios como profesional. 

Jim ha sido parte de la industria del arte por más de 30 años. Es un artista que se formó dibujando caricaturas y comics, influenciado por la revista MAD, los libros de niños y las tiras cómicas. 

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Jim disfruta creando con pinturas acrílicas, pluma y papel, o lápiz y de vez en vez se aventura a Photoshop. Su estilo es caricaturesco e imaginativo y disfruta haciendo sonreír a la gente con su arte. Es padre de 3. 

Base tradicional (educación familiar)

Capa oscura (enfermedades)
Collage (entorno y convivencia social)
Brillo y volúmen (medios de comunicación)
Mina (esencia y talentos en espera de ser descubiertos)

Cuando era niña, casi siempre tenía  a muñeca favorita, Puffalump, conmigo, dondequiera que fuera. Recibí el peluche de mi difunta abuela quien expresaba su amor por su familia profunda y continuamente. A su vez, y amaba mucho a mi compañera Puffalump, tanto que, cuando aprendí a deletrear la palabra “amor” estaba extasiada de expresar el afecto que tenía por mi preciada muñeca escribiéndolo sobre su frente. Enfáticamente escribí las palabras “Amor, Amor, Amor” usando una pluma sobre el vinilo de su cara. Sin saberlo, mi madre vió lo que había hecho y antes de que me diera cuenta ¡metió a mi Puffalump a la lavadora! Me sentí devastada por la revelación de que todo mi arduo trabajo para escribir mi expresión amorosa había desaparecido y ahí estaba ella, tan limpia como antes.

Esta simple lección me enseñó que expresar tu amor por algo o alguien no siempre será apreciado de la misma manera por otras personas. Este hecho no disminuye la importancia de expresar nuestro afecto, sino que refuerza la idea de mostrar nuestro afecto de otras formas. En este caso, podía mostrar mi amor por mi muñeca abrazándola y tratándola con gentileza. De igual forma, puedo expresar mi amor por mi abuela recordándola con cariño y abrazando a mi muñeca para pensar en ella y enviarle energías amorosas.
 

Mi primer amigo. Ignoro que te irás pero en el fondo deseo tener la certeza de que te voy a ver mañana y pasado mañana y siempre 

El recuerdo favorito de mi infancia fue cuando me sacaron mi primer diente en México y yo estaba muy preocupada de que el hada de los dientes no me pudiera encontrar hasta que el ratoncito me encontró
y me dejó algunos pesos debajo de la almohada junto con una nota.

Al crecer nos transformamos y en ocasiones perdemos partes de nosotros mismos. Al final… yo cansado, a veces roto o con menos piezas veré que hacer.

Siempre me sentí atrapado cuando en el menú del comedor de la primaria servían puré de papa. Era tan asqueroso como pegajoso y de sabor aún peor. 

No me dejaban salir a jugar hasta haberme terminado todo. Horas sentado en aquel comedor junto al interminable plato de puré. 

A la fecha no puedo probar una papa sin que me recuerde aquella asquerosidad y por eso no como papas. 

Uno de mis traumas infantiles.

El cuadro es un viaje retrospectivo hacia la infancia del pintor. A primera instancia, el uso de colores cálidos y elementos infantiles alegres podrían hacerla parecer una pintura feliz.

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No obstante, a pesar del ambiente alegre que rodea al personaje, su rostro denota malestar e inconformidad con su entorno. Él está rodeado de juguetes asociados al sexo masculino como carros y balones. Sin embargo, prefiere divertirse con dos muñecas.

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Para su mente infantil es imposible comprender en qué está fallando. No entiende el motivo de su inquietud, pero está consciente de que hay algo que lo hace sentir abrumado. Aunque es pequeño y no entiende los fenómenos sociológicos de la cultura en que vive, ya es oprimido por no encajar con los estereotipos impuestos hacia su género. Por lo tanto, de manera constante lo invade un fuerte sentimiento de culpa sólo por hacer lo que todo niño de su edad hace: jugar.

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Entonces, la diversión se convierte en sentencia. Las muñecas continúan siendo su predisposición, mas ahora debe reservar su gusto hacia lo «femenino» para no ser señalado. ¿Estaría dispuesto a renunciar a aquello que lo hace feliz con tal de no ser juzgado?

Aprendí a andar en bici. Andaba todo el tiempo de aquí allá, acompañado mucho tiempo por mi Discman, así como los buenos amigos. Mi infancia fue muy alegre. Disfruté tanto andar en esa bici que en la actualidad aún la conservo y a veces la uso como mi medio de transporte.

La infancia es como una burbuja; frágil, brillante, llena de color.

Fuimos burbujas que se encuentran, se rozan y explotan en llanto o felicidad, nos convertimos en gotas de agua que se quedan en la inmensidad estancadas o fluyendo cual río claro.

Somos frágiles, buscando recuerdos de las pequeñas cosas que nos hacían felices, lo que más valoramos como aquella cálida tarde en compañía del mejor cómplice de juegos, quien hace de un momento, algo perfecto.

Belinda Salazar busca encontrar un camino armónico dentro del arte figurativo. En un futuro cercano le gustaría que sus pinturas aborden temas de realidad fantástica; mientras tanto se desarrolla en el arte publico a travez del neo muralismo.

Cuando éramos niños teníamos la capacidad de transformar cualquier cosa con nuestra mente, una caja de cartón, podía ser un avión, recuerdo que mis amigos y yo construimos uno para poder volar al lugar que quisiéramos, en este caso, el niño imaginó su casa dentro de un caparazón de tortuga y así poder ir a cualquier lugar.

La exploración, las emociones, la familia, los descubrimientos, los lugares, los juguetes y en ello lo táctil. Esta pieza es para tocarse, es para que el espectador la explore y descubra imágenes de aquella lejana infancia, mi niñez.

Que podría ser la infancia de otros, de ellos, de él, de ella. Memorias difusas que se aferran para no perderse.

Experimentando la técnica de scanimation pero con la innovación personal de la forma circular, no se pretende presentar una animación como tal sino fragmentos que presentan cuadros, unos más legibles que otros, de historias personales de mi niñez.

Nace en la Ciudad de México en 1988. Desde temprana edad demuestra interés por el dibujo, la pintura y el arte en general. Gaby ha colaborado como ilustradora y desarrolladora de personajes para El Chavo del 8; también ha colaborado en museografía y señalética para el Museo Papalote en Monterrey, Nuevo León y ha realizado arte en vivo en la Universidad Autónoma Metropolitana, también en dirección audiovisual y gráfica en el Centro de Investigación y Desarrollo A.C. donde ha elaborado propuestas disruptivas para poder generar un cambio social. Es Maestra en ilustración por el Centro Universitario de Mercadotecnia y Publicidad donde forma parte del Colectivo Mexicano de Ilustradores “El Sentido de la Vida” donde ha expuesto en Barcelona, España y también en la Ciudad de México pintando por buenas causas.

Actualmente trabaja como consultora en líneas de arte, branding, animación e ilustración para clientes alrededor del mundo, imparte clases de animación y realización audiovisual a nivel universitario y está emprendiendo su propia editorial.

Metáfora de la esclavitud, y trabajo forzado, de los niños en el mundo. El intento de escapar de ella sin buenos resultados. La pieza emula un collar adornado, símbolo de la esclavitud. Un punto Rojo que señala PELIGRO y QUE ALGO NO ESTÁ BIEN.

Yosoy Buque is a graphic designer who focuses mainly on illustration. He has collaborated with brands worldwide, such as XICO by Pineda Covalin, Anatoy, Martian Toys, and Hang Ten. His work honors the values of Mexican graphic style art and aims to give it international projection.

Carita reflejando una realidad, que aunque el sol sale siempre, no siempre sale para todxs. Un lado triste y un lado feliz, cada uno representado con colores que nos llevan a tales emociones.

La migración es, en la gran mayoría de los casos y especialmente en países como México, una obligación absoluta antes que un placer. Se tienen que tomar decisiones difíciles y a veces, sin otra respuesta más que ir y buscar una manera de sobrevivir que no existe en la tierra natal, ya sea por la violencia, la falta de empleo o la carencia de las mínimas condiciones necesarias para una vida digna. Con esta pieza busqué reflejar esos dos destinos, dos puertas que se presentan ante nosotros y la disyuntiva que se abre ante los peligros que enfrentan los migrantes, no solamente Mexicanos, sino de todo el mundo.